Tras un 2012 que lo afirmó definitivamente, con un disco en el que repasa su discografía con nuevas versiones y un ritmo vertiginoso de presentaciones en vivo, Pintos es sin dudas uno de los artistas más taquilleros de la temporada, pero además uno de los más personales. Acaso por eso es de los más esperados en esta edición de Jesús María.
–¿Qúe presentarás de tu disco “Sueño dorado”?
–Normalmente en las fiestas populares y los festivales suelo hacer un repaso de mis discos y Sueño dorado es un repaso de 15 años de carrera discográfica que se cumplieron el año pasado, por lo que conceptualmente podría estar todo. Cada uno de mis discos tiene un carácter determinado, independientemente de que haya continuidades e hilos conductores que han ido delineando mi estilo. Por eso, a la hora de presentar distintos momentos de discos variados, se acentúa la necesidad de marcar climas y espacios distintos.
–¿Qué te gusta más de los festivales?
–El carácter del público. La gente está en un relax total y no vino sólo a escucharte a vos. En todo caso uno es parte de una fiesta que es de la gente. Uno es el forastero. No es como cuando tocas en un teatro, que la gente vino a escucharte a vos.
–Igual hay mucha que te sigue y esta noche irá al festival por vos.
–Sí, es cierto, pero también hay mucha que ni sabe que estoy. Lo lindo de los festivales es que te dan la posibilidad de tocar por primera vez para mucha gente. Eso me estimula muchísimo.
–¿Qué virtud resaltarías de Jesús María?
–Es uno de los grandes festivales del país y tiene mucha mística. No es que uno va a tocar sólo a un festival multitudinario que se transmite por TV. Uno va a una fiesta que es parte de la historia de la música popular argentina. Jesús María está por cumplir 50 años: medio siglo de músicos populares argentinos. Es una escuela, yo crecí escuchando Jesús María.
Pintos cuenta que el año pasado hizo dos giras de conciertos paralelas, por lo que para este anuncia, después del trajín festivalero del verano, una pausa creativa. “En 2012 por un lado tocamos en festivales y fiestas populares el repertorio de Reevolución –explica– y por el otro presentábamos Sueño dorado en teatros y estadios. Hicimos 150 conciertos en un año y además sabíamos que nos esperaba una temporada intensa de festivales. Y así es: a fines de marzo serán 50 los conciertos del verano. Por eso desde un comienzo dijimos que entre abril y agosto no saldremos a tocaren vivo. Tomaré un descanso y empezaré a preparar un nuevo disco que saldrá en octubre”.
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