viernes, 21 de septiembre de 2012

“Hoy me siento en armonía” (Entrevista - Pagina 12)


Un disco nuevo que es también un DVD –y que ya obtuvo la bendición del platino– y la perspectiva del reencuentro con su público en un teatro de la calle Corrientes. Bien podría ser la foto en movimiento de quince años de trayectoria, la rendición de cuentas de la búsqueda de un acento propio, la muestra dinámica del instinto que lo llevó por distintas latitudes de la canción, como intérprete y como autor, entre el folklore y el pop, desde lo acústico a lo electrónico. Esta noche, Abel Pintos comenzará la presentación en Buenos Aires de Sueño dorado, el trabajo que grabó en vivo en la Ciudad Sagrada de los Quilmes, en Tucumán, sin público, con la luz natural del amanecer, en HD y con seis cámaras. “Este disco es decisivo –comenta Pintos en diálogo con Página/12–. En el sentido de que fue muy importante para mí hacer un disco que por un lado repasa quince años de carrera discográfica, para un público que ya me acompaña hace tiempo, pero además presenta todas versiones nuevas de esas canciones. Eso entonces le permite al disco crear nuevas expectativas, y de esa manera llegar también a públicos nuevos. Este es un disco de repaso, pero que a su vez me sirvió para seguir creciendo.”

Viernes, sábado, domingo y lunes; y después jueves 27, viernes 28 y domingo 30. Serán siete conciertos en el Teatro Opera (Corrientes 860), en los que Pintos repasará esos distintos momentos de su vida artística que detuvo en el disco. Con él estarán Ariel Pintos y Marcelo Predacino (guitarras), Juan Blas Caballero (bajo, teclados, programación y dirección musical) y Facundo Guevara (percusión). “Vamos a presentar el disco completo, incluso en el mismo orden –explica Pintos–, porque el orden de las canciones en un disco no es aleatorio, tiene que ver con un desarrollo que intenta mantenerte cautivo del primero al último tema, llevándote por diferentes climas. La única diferencia con el concierto en vivo registrado en el DVD y en el disco será que en el medio también cantaré algunas canciones que no pude grabar en el disco por una cuestión de espacio, pero que también son fundamentales en estos quince años.”

Pintos cuenta que el nombre del disco viene de la primera canción que escribió y que por eso le pareció oportuno para una antología actualizada. “‘Sueño dorado’ marcó un momento importante, que fue el de empezar a escribir canciones”, enfatiza. “Eso le dio a mi carrera un giro muy grande, otro carácter. Pude desarrollarme como artista a otra velocidad, con otra intensidad, y por supuesto con muchas más posibilidades que cuando era sólo interprete. Y además me daba la posibilidad de compartir con todo el público, el de antes y el nuevo, esta sensación que yo suelo comentar en público, que no es un sueño cumplido: prefiero pensar en un sueño que se viene cumpliendo, y que se va a seguir cumpliendo hasta el día en que no cante más.”

–¿Por qué eligió grabar este disco en la Ciudad Sagrada de los Quilmes?

–Lo primero que apareció fue la intención de hacer un disco en vivo, y hacerlo de algún modo alternativo por lo menos, intentando que sea lo más moderno o distinto posible. En primer lugar pensamos en hacer un concierto en vivo, en tiempo real pero sin público presente, para volver a la raíz de cantar sin esperar el aplauso, sólo por entregar algo. Al ser mi primer DVD, en lugar de imaginar una puesta en un estadio, elegimos un lugar natural y utilizar toda la luz del sol, y captar el amanecer. Como paisaje queríamos un lugar enorme, de los que hay miles en la Argentina. Propuse éste porque lo conocía, vimos si era apropiado para captar el audio, sí lo era y allá fuimos. Grabamos en una sola jornada, en una sola toma. Es un concierto en tiempo real.

–¿Sintió la carga que esperaba en un lugar así?
–Por eso lo propuse, porque sabía que era un lugar que iba a potenciar lo esencial, que corre más por lo emocional que por lo histórico. Y también terminó enseñándome que quizá la euforia no sea más que el buen tratamiento de las emociones. Sabía que iba a ser así, porque la energía del lugar es increíble, la mística y toda la carga histórica que tiene, y además la carga de energía de un pueblo que por haber sufrido tanto, tantos años, tiene mucha ambición de crecer como pueblo. Pero no desde el resentimiento, sino de crecer desde la memoria. Toda una enseñanza.

–¿Cómo seleccionó las canciones de estos quince años para el disco?

–Fue medio loca la elección, y la verdad, muy simple. Quería grabar algunas de las canciones de las que ya se convirtieron de alguna manera en clásicos para el público que me acompaña, canciones que ya tuvieron su trascendencia. Y también quería canciones que en su momento no fueron muy difundidas, pero que sí son esenciales para contar estos quince años en un repertorio. Por eso “Todo está en vos” es una de las canciones más populares de mi carrera, y “Sueño dorado” no fue tan difundida pero es esencial. Y también son esenciales “Cactus” y “El antigal”, porque no son mías y mis primeros discos fueron como intérprete.

–Usted comenzó su carrera siendo muy chico. ¿Cuáles fueron los pros y los contras, ahora que tiene quince años de perspectiva para evaluarlo?

–Un pro sería que hoy me siento en una armonía muy interesante. Siento el aplomo de quien ya tiene una buena cantidad de experiencia vivida y eso me permite disfrutar de todo lo que está sucediendo, más allá de lo vertiginoso que es. Y también todavía siento una gran inquietud y una gran curiosidad digna de quien se siente adolescente de conocimiento en muchas cosas. Ya no soy un adolescente en edad, pero sí me queda mucho por aprender y eso es muy motivador, sobre todo a la hora de crear. Soy muy joven todavía, pero me siento firme donde estoy parado. Y por ahí una contra, aunque no sé si llamarlo así, es que en los primeros años de mi carrera viví muchas cosas muy grandes pero no las pude disfrutar, porque en ese momento no tenía el valor de las experiencias. Entonces, algunas situaciones me complicaban, me mareaban un poco por no poder entenderlas, y eso no me permitía disfrutarlas. Hoy las veo y las disfruto desde este lugar, pero a la distancia; me hubiera gustado disfrutarlas en el momento, también.

–¿Y cómo se lleva el compositor con el intérprete?

–¡Se llevan perfecto! Porque pude potenciarme. Gracias a Dios, mis canciones trascendieron hacia otros intérpretes. Pero la verdad es que compongo para ser a través de una canción lo que siempre quise ser, en distintos personajes, en mis distintos momentos, estados de ánimo. Compongo muy basado en eso. Por ejemplo, cuando hice Reevolución estaba en una etapa de explorar muchas cosas nuevas desde el estudio de canto, entonces compuse una canción que se llama “Solo”, en la que canto la nota más grave de mi registro y la más aguda en un lapso de tres minutos y medio. Tiene que ver con eso.

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