domingo, 9 de diciembre de 2012

Con Abel Pintos, la revolución del folklore volvió a Olavarría


Cuando Abel Federico Pintos desembarcó en el predio de Racing, todo se alborotó. Es que el joven -que atraviesa, sin dudas, el mejor momento de su carrera- despierta en miles de personas una pasión no demasiado común en los públicos folklóricos.

Está en el podio de los artistas más exitosos del país. Lo sabe, lo vivió en la noche del viernes en el 10º Festival Nacional de Doma y Folklore, y dijo estar feliz por eso; feliz de llegar a Olavarría una vez más, una plaza donde en los últimos años ha tocado con cierta frecuencia y que, a su entender, lo ha recibido siempre de la mejor manera. Sin embargo, para el escenario de este Festival fue la primera vez.

Explicó esas diferencias entre los conciertos de teatro y de festival: "Son públicos distintos, porque son contextos distintos. Seguramente haya muchas chicas y chicos que hayan venido por primera vez al Festival, para venir a ver un concierto mío, así como yo voy a tener la posibilidad de cantar frente a un público que es asiduo al Festival y no a un concierto mío. Eso es lo más interesante de esta carrera, poder enfrentarme a un público que no me conoce, aunque ya hayan pasado 15 años".

"Soy consciente de este crecimiento y creo que todo tiene un desarrollo progresivo en la vida. No podría haber pretendido nunca a los 14 años ser protagonista en una grilla de un Festival importante como Cosquín o como éste. Entonces de la misma manera en que Olavarría tuvo que recorrer 10 años para llegar a tener esta convocatoria que tiene hoy, también tuve que hacer lo mismo yo con mi música, y esto ojalá que siga siendo así de progresivo en el paso del tiempo", dijo el cantante.

Escuchar hablar a Abel Pintos siempre es interesante. Es que a pesar de no haber llegado a las tres décadas de vida, el bahiense tiene siempre algo para decir. Y lo hace con aplomo, con serenidad, dando esa imagen de las personas que saben lo que quieren, y que tienen exactamente claro cómo expresarlo.

Sobre la situación de la música popular folklórica en el país comentó: "Me parece que está bien instalado, que hay mucho público para el folklore, hay artistas muy convocantes, festivales muy importantes. Veo un interés muy grande de la juventud. Sin embargo creo que no tiene que pasar mucho tiempo más para que se genere algo como lo que se generó hace quince años conmigo o con Soledad. Creo que ya es tiempo de que se abran nuevos espacios".

Cómo fue encontrarse con esas canciones que nacieron algunas hace ya varios años que le hicieron volver a enamorarse de ellas fue una de las preguntas, a lo que contestó que "hicimos una nueva versión de todas las canciones para darle un carácter contemporáneo, no sólo al tiempo que vivimos, sino contemporáneas a mí también y a las cosas que yo siento. No es lo mismo para mi cantar "La llave" hoy que hace 7 años cuando la escribí, como para el público tampoco es lo mismo escucharla hoy que hace años atrás. De hecho en mi público hay muchos niños que ni siquiera habían nacido cuando salió la canción, entonces fue muy interesante el proceso de crear un nuevo carácter para cada una de las canciones y fue muy emotivo el reencuentro con cada una de las sensaciones que tuve cuando escribí las canciones y las que tengo cuando las canto".

Sobre "Cactus", la canción de Gustavo Cerati que grabó en "Sueño Dorado", dijo que "el público tomó la canción como una especie de estandarte o de transmitir a Gustavo y a toda su familia el amor que sentimos por él y el deseo de que esté cada día mejor. Eso me sorprendió realmente, porque yo grabé la canción como yo grabo siempre canciones de otros autores y me hizo muy feliz que así sea".

Abel hace tiempo dejó de ser el chico del interior que cantaba potente y prometía mucho. Su impronta sobre el escenario parece la de una estrella de rock. Las canciones, la energía arrolladora sobre el escenario, la forma de expresarlas, la potencia de su banda. Todo, absolutamente todo complota para que Pintos sea el dueño del folklore nacional.

Los tres meses de verano serán de una recorrida constante por los festivales. Hasta el 1 de abril, donde dejará de tocar en vivo para dedicarse de lleno a grabar su próximo disco.